Entrevistas // 2018-10-07
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Horacio González
"La lucha social también deberá ser contra el peronismo ‘racional’ ”
El intelectual,ex director de la Biblioteca Nacional dijo que el sector justicialista considerado como “racional” por el oficialismo, implica “disciplinamiento y servidumbre” ante la gestión de Macri, y expresa una “fuerte derecha en la Argentina”. Calificó al gobierno de Cambiemos como “injusto y atroz”.


 Horacio González, integrante del colectivo Carta Abierta y ex director de la Biblioteca Nacional durante el periodo kirchnerista, indicó que “hay motivos suficientes para que las fuerzas de oposición formulen un plan político eficaz, democrático y amplio para derrotar en las próximas elecciones a este proyecto tan injusto y tan atroz de gobierno”.

En cuanto al peronismo que encarnan Sergio Massa, Miguel Pichetto, Juan Manuel Urtubey y Juan Schiaretti, el sociólogo consideró que el oficialismo los “califica de racional”, y en este escenario “son sinónimos de disciplinamiento y de servidumbre”. Agregó que ese sector “va a tratar de organizar sobre la base del mismo plan económico neoliberal del macrismo un recambio gubernamental”.

Por este motivo indicó que “la lucha social argentina también va a tener que ser contra ese tipo de peronismo”.

Entrevistado por Va Con Firma, González expresó que el “esquema de seguridad” planteado por la minstra Patricia Bullrich “es efectivamente antidemocrático”, y alertó sobre un posible “futuro mucho más lúgubre” en cuanto a la utilización “de la represión directa más masiva”.

-¿El gobierno de Mauricio Macri se parece cada vez más a una dictadura? ¿Económicamente, con las torturas, amenzas y el blindaje mediático que tiene?

-Decir que es una dictadura es un poquito arriesgado desde el punto de vista de las luchas políticas, que siempre dependen de una definición más estricta y más cercana a las tradiciones con las que se juzga una dictadura. Creo que tiene elementos dictatoriales, estilos dictatoriales, pero hay un espacio público que todavía sigue abierto. Esto no quiere decir que el gobierno sea partidario de mantener espacios públicos con la lógica del mismo; libertad de deliberación, contrapunto entre distintos argumentos. Eso el macrismo no lo concibe, de modo que podemos decir que la imposición de este plan económico del Fondo Monetario tiene sin duda aspectos autoritarios e inconsultos. El estilo político de los funcionarios de Macri, y de Macri mismo, son estilos inconsultos, arbitrarios, a veces basados en el sarcasmo y en la fachada. Todo el esquema publicitario del gobierno se basa en construcciones ilusorias o basadas en estilos escenográficos poco correspondientes con la realidad que se está viviendo. Una dictadura completa y clásica no es. Quizás es un estado de excepción con aspectos dictatoriales en el estilo en que se toman decisiones políticas y económicas, y con una mantención relativa y precaria que no necesariamente es del gusto del gobierno. Pero las fuerzas democráticas y la oposición en general deben cuidar y luchar especialmente para que se mantenga y se amplíe ese espacio público democrático, porque el Estado de Derecho con el macrismo siempre está en peligro.

-¿Qué opina de las amenazas a la docente, a los dirigentes opositores? Desde algunos sectores hablaron de grupos paraestatales o lo compararon con la Triple A.

-Por la misma razón que te decía antes, no me parece conveniente exacerbar ese tipo de comparaciones, pero el hecho de que muchas personas la hagan sin duda alertan sobre una situación límite que está viviendo la estructura política argentina. Hay un hecho que hay que mencionar en primer lugar, el crecimiento de los servicios de información, de las agencias de inteligencia del Estado y de las corporaciones, y en ese sentido también hay que vincularlo al modo en que opera el Poder Judicial con figuras totalmente alejadas de una justicia de fundamentos democráticos como lo es la del arrepentido, la detención preventiva; que ponen en crisis todo el sistema judicial argentino. Más la actuación de los grandes medios de comunicación que tienen una facultad arrogada de juzgamiento que no se la ha conferido nadie, de modo que actúan como una suerte de Corte Suprema en bambalinas articulada con un Poder Judicial quebrado por dentro, y todo esto más las convicciones de la ministra Bullrich hacen que la idea de seguridad que tiene el gobierno establezca doctrinas que afectan también el espacio democrático, como lo ocurrido con Santiago Maldonado o la prisión de Milagro Sala en Jujuy hasta episodios en las manifestaciones donde grupos encapuchados tiran bombas molotov. El esquema de seguridad es efectivamente antidemocrático y habilitan a cualquier persona portadora de un arma supuestamente legal a actuar de manera ilegal. Todos los episodios que vimos últimamente en las rutas frente a los peajes devela que cualquier agente armado del Estado puede dirimir una simple disputa entre automovilistas disparando su arma. Pareceran episodios menores pero no lo son, están perfectamente inscriptos en el modo en que  el gobierno piensa que este plan económico de déficit cero o con todos los nombres que se le ponen, va a exigir a la población argentina soportar un ajuste tal que sin duda prevee reacciones como las que ya hay, y que hasta el momento se han tratado también de una forma muy hostil. Las grandes manifestaciones públicas siempre están hostilizadas de manera directa o indirecta pero puede anticipar todo esto un futuro mucho más lugubre del empleo de la represión directa más masiva no singularizada y específica como se ha hecho hasta ahora. No hay motivos para alegrarse del momento que está atravesando el país, si hay motivos suficientes para que las fuerzas de oposición formulen un plan político eficaz, democrático, amplio para derrotar en las próximas elecciones a este proyecto tan injusto, y diría sin exagerar, tan atroz de gobierno.

-¿Cree que la sociedad argentina tiene un amplio componente que respalda a la derecha, que no fueron “engañados” por el discurso de Cambiemos y que va a seguir respaldándolo?

-Si, no soy partidario de analizar el apoyo que tuvo Cambiemos, que fue muy fuerte al principio y que aún hoy lo sigue siendo, a pesar de que lo apoyan personas que son notoriamente desfavorecidas por el plan económico; no soy partidario de hablar de engaño, me parece que es más compleja la situación de la conciencia colectiva. Una persona que ve decrecer su patrimonio o sus oportunidades laborales por la política del gobierno puede perfectamente seguir apoyándolo porque a diferencia de las grandes doctrinas clásicas o de la conciencia política, esta no acompaña dócilmente los intereses económicos, sino que siempre hay intereses culturales, pulsionales. La conciencia no es un lugar transparente sino opaco, ya sea la conciencia colectiva o individual. De esa opacidad se sirvió el macrismo para su publicidad tipo Durán Barba, con un presidente que es un ciudadano más y que entra a una pizzería con su hijita y se encuentra con que los pizzeros lo apoyan. Todas esas construcciones que pertenecen a la alta escuela de la publicidad ideológica universal, emanada de las teconologías que actualmente heredan a las psicologías sociales de los años ‘60, en este momento mucho más sofisticadas a través del empleo de un poder digital de construcción de imágenes. Todo eso no hace exactamente que sea un engaño pero sí son formas de crear hegemonías, momentáneas o permanentes, en un gran sector de la sociedad que tiene también una dosis autoritaria en su conciencia, como en toda sociedad, no solo en la sociedad argentina.

-¿Cuál es el papel que va a jugar el peronismo en este escenario?

-Hoy para nombrar la palabra peronismo es necesario hacerlo con un conjunto de precauciones debido a la cantidad de fracciones y tendencias que abriga. En este momento hay un tipo de peronismo que el gobierno califica de racional y que acepta ser calificado de esa manera, y no porque la razón y la racionalidad sean malas, sino porque son sinónimos de disciplinamiento y de servidumbre. Ese tipo de peronismo va a tratar de organizar sobre la base del mismo plan económico neoliberal del macrismo un recambio gubernamental probablemente pidiendo el mismo apoyo que hoy el fondo monetario le está dando al macrismo. La lucha social argentina también va a tener que ser contra ese tipo de peronismo y es necesario que los peronistas de la tradición clásica queden alertados respecto a esta operación de un sector importante del peronismo, porque gobierna provincias, tiene la presidencia del bloque del Senado y para decirlo de una manera simplificadora, expresa una fuerte derecha en la Argentina con el nombre de peronismo. Por lo tanto el frente que hay que configurar tiene que tener distinas vetas, por supuesto los peronistas que están en la lucha social, los peronistas que siendo más o menos ortodoxos tengan la suficiente sensibilidad para percibir que si triunfara el macrismo se acaba una epoca histórica de la nación argentina, sin más. Por lo tanto en ese frente tienen que estar personas de las tradiciones de izquierda , del alfonsinismo y esa articulación de todas esas tradiciones es muy difícil. Si esto estuviera en el espacio político argentino como una evidencia de una unidad significativa, sin duda el macrismo tendría menos chance de triunfar en la elección del año próximo.

-Desde Carta Abierta proclamaron a Cristina como candidata. ¿De qué manera puede el movmiento popular evitar el juego de la derecha de la “pesada herencia” y el “se robaron todo”?

-En primer lugar han construido un lenguaje que fue eficaz, de fuertes arquetipos o sintagmas que tienen una efectividad notable, todavía hay personas que dicen “se robaron todo”. No es que no haya habido problemas de índole de la administración pública en relación al financiamiento de la política sobre todo, eso hay que tratarlo de muchas maneras, no necesariamente a través de jueces a los que también hay que investigar. Como Cristina está siendo una de las figuras centrales de la oposición y al mismo tiempo está siendo acusada ni más ni menos de encabezar una asociación ilícita, a muchos nos pareció que  mencionar un hecho que muchos hablan pero poco se animan a expresar como una dimensión del espacio público, a decir simplemente que tenía que ser la candidata de ese frente. Una candidata que efectivamente esté en condiciones, como creo que lo está, de reflexionar sobre la actuación anterior, porque no se trata de un episodio cíclico de la historia donde deba volver exactamente de manera idéntica a lo que fue aquello que caracterizó al gobierno anterior. No es una vuelta sino una reflexión que es necesario que todos los que se expresaron a través de los gobiernos anteriores del kirchnerismo también entren en ese tipo de crítica y de reflexión sobre lo que pasó. Pero no parece justo ignorar en el debate que hay sobre las candidaturas en el kirchnerismo y del peronismo, el papel fundamental de Cristina Kirchner, aún en su silencio. Por eso nos pareció que hacer esa mención era oportuno, aunque polémico.


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